El Centro de la Mujer organizó por segundo
año consecutivo, un programa especial en la radio local de Illescas, para
conmemorar esta fecha señalada en el calendario internacional, en el que participó Doña Mª Del Mar Labián- Antropóloga social y cultural, experta en género, dando a dar a conocer a todos los y las radioyentes, esta problemática social que afecta a tantos millones de
mujeres y niñas cada año en todo el mundo, para concienciar en el
posicionamiento ante la violación de los derechos humanos.


Refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada, y constituye una forma extrema de discriminación contra estas. La práctica viola sus derechos a la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) colabora
con gobiernos y otras agencias de la ONU para hacer frente directamente a muchos
de estos objetivos (en particular el objetivo 3 sobre la salud, el 4 sobre la
educación y el 5 sobre la igualdad de género) y contribuye en diversas formas
para lograr muchos de los demás objetivos.
El UNFPA y UNICEF, entre otras agencias especializadas,
establecieron en 2008 el Programa Conjunto sobre la mutilación genital
femenina, la mayor iniciativa mundial para acelerar su eliminación y paliar sus
consecuencias.
El plan se lleva a cabo a escala comunitaria, nacional, regional
e internacional y con él se pretende concienciar sobre el daño que causa esta
práctica. También busca empoderar a las comunidades, las mujeres y las niñas
para que la abandonen.
El UNFPA contribuye, además, a fortalecer los servicios de salud
para que eviten la mutilación genital y traten las complicaciones que causa. Asimismo
trabaja con organizaciones de la sociedad civil que promueven programas
educativos, al tiempo que coopera con líderes religiosos para desvincularla de
la religión, y colabora con los medios de comunicación para fomentar el
diálogo, generando así un preciado apoyo para su erradicación.
Con el apoyo del UNFPA y otros organismos de las Naciones
Unidas, algunos países han aprobado leyes que prohíben la mutilación genital y
han impulsado políticas nacionales para su erradicación.
Aunque esta práctica se concentra principalmente en 29 países de
África y de Oriente Medio, la ablación es un problema universal y se practica
en algunos países de Asia y América Latina. Además, persiste también en las
poblaciones emigrantes que viven en Europa Occidental, en Norte América,
Australia y Nueva Zelanda.
La práctica de la ablación no puede justificarse en razones
médicas, sin embargo, en muchos países se ejecuta por profesionales de la
medicina cada vez de forma más asidua, lo que constituye una amenaza para el
abandono de esta práctica. Un estudio reciente muestra que el 18% de las
mutilaciones en las niñas y las mujeres han sido practicadas por profesionales
de la salud y en algunos países este porcentaje alcanza el 74%.
La MGF no aporta ningún beneficio a la salud de las mujeres y
niñas, sino que la perjudica de formas muy variadas. Entre sus complicaciones
inmediatas se encuentran el dolor intenso, choque, hemorragia, tétanos, sepsis,
retención de orina, llagas abiertas en la región genital, lesiones de los
tejidos genitales vecinos, esterilidad, necesidad de nuevas intervenciones e
incluso puede provocar la muerte.
En diciembre de 2014, la Asamblea General adoptó sin voto una resolución para intensificar los esfuerzos para la
eliminación de la mutilación genital femenina. En ella, se pide a los Estados
que desarrollen, apoyen y cumplan estrategias que prevengan esta práctica,
incluyendo la formación de personal médico, trabajadores sociales y líderes
locales y religiosos para asegurar que dan unos servicios competentes de apoyo
y cuidado a las mujeres y niñas en riesgo de sufrir esta mutilación o que ya la
hayan sufrido.
Se estima que cada año alrededor de tres millones de niñas en el mundo
son víctimas de esta brutal práctica. Las causas de la MGF
consisten en una mezcla de factores culturales, religiosos y sociales
existentes familiares y comunitarios.
Gracias a las campañas
contra la violencia la situación ha mejorado considerablemente; como resultado
de estas campañas de Kirira y el gobierno se ha reducido de un 90% a menos del 5% los casos de mutilación
“No podemos permitir
que el miedo, el dolor y la injusticia continúen”
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