El 6 de febrero se celebra el Día Internacional contra la Mutilación Genital
Femenina (MGF). Según datos de la Organización Mundial de la Salud, entre
120 y 140 millones de mujeres en el mundo han sufrido esta práctica dolorosa y
peligrosa. Además, cada año tres millones de niñas corren el mismo riesgo.
Aunque en muchos países esta práctica se ha prohibido radicalmente, existen
lugares donde la ablación genital aún se lleva a cabo, dado que se considera un
ritual ancestral ligado a factores culturales, religiosos y sociales dentro de
familias y comunidades.
La MGF está reconocida como una violación de los
derechos humanos de las niñas y de las mujeres.
En las comunidades que las que generalmente se entiende que la
mutilación de los genitales es un paso previo al matrimonio, una preparación
para la edad adulta: se practica a niñas de ocho o nueve años, aunque cada vez se realiza a edades más tempranas
para evitar que llegado el momento, puedan oponerse.
Las consecuencias físicas de esta práctica, van desde la muerte por hemorragia o infección, al realizarse en condiciones insalubres y con materiales como cuchillas de afeitar,
navajas o trozos de vidrio-, hasta la transmisión de enfermedades como el VIH,
la Hepatitis o el Tétanos. Además, generan problemas como fístulas o
incontinencia, disfunciones sexuales y severas complicaciones en caso de
embarazo y parto.
Es necesario ofrecer información y realizar acciones de sensibilización sobre las graves consecuencias físicas y psíquicas de esta práctica, a la vez que se potencia el
empoderamiento de las mujeres y el desarrollo de sus propios medios de vida, para lograr la erradicación de esta terrible práctica.
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